A esta película no le hace falta ir firmada por H.Miyazaki para ser una auténtica maravilla. Fijaros en los detalles de todos los escenarios, tan reales que sólo el dibujo no nos deja verlos como fotografías. Mismamente, la casa de la protagonista es una joya, en la cocina hay de todo, en los pasillos se amontonan los objetos. Se aprecia la estrechez de los pocos metros cuadrados.
La canción del inicio cantada por Olivia Newton-John, Country Roads, que puede parecer poco apropiada para una película como ésta, al final se convierte en un himno perfecto para esta aventura casi minimalista de una niña empeñada en ser ella misma, aunque para ello tenga que encerrarse día y noche a escribir.
Me encanta la escena en la que Shizuku persigue al gato gordo por media ciudad (incluso en el metro) y que lo conduce hasta la casa del otro protagonista, Seiji. Pero también la de ellos dos haciendo música, ella cantando y él tocando el violín, junto con el abuelo y unos amigos de éste.
Una película sencilla con un envidiable encanto en sus personajes y escenarios. Recomendable al cien por cien, sobre todo muy disfrutable para estas fiestas.
Es la única gran película del Studio que no ha sido dirigida por Miyazaki o Takahata. Preciosa, una película de Yoshifumi Kondo digna de verse, con una ambientación espectacular y unos personajes maravillosos. La historia te atrapa desde el primer momento. En su banda sonora cuenta con uno de mis temas vocales favoritos de Ghibli: 'Country Roads'.
Ese párrafo que habéis podido leer arriba es lo primero que se me viene a la cabeza al pensar en 'Mimi woSumaseba'. Es increíble esta historia que narra como la adolescente Shizuku y su gran amigo Seiji logran decantarse por un camino a seguir en la vida. Cuando Shizuku conoce a Seiji, ella todavía no había pensado en nada de su futuro mientras Seiji ya tenía pensado irse a Cremona, ciudad italiana, a ser aprendiz deLuthier. Esa decisión en la vida es la que hace que Shizuku decida ponerse a prueba: por ello realiza la historia del Barón y su amor. El Barón es una figurilla que está en la tienda artesanal del abuelo de Seiji y que cuando Shizuku lo ve, este le cuenta la historia de su vida. Al principio, el y su amor estaban juntos en una tiendecita de un pueblo burgués, lo más problabe es que era europeo. Pero un día, el Barón es separado de su amor. A partir de esta historia, Shizuku escribe su novela: 'Susurros del Corazón', que da el título a la película.
Este film es, para mi gusto, brillante. Me sorprendió mucho la enorme calidad de la película y cómo se las había arreglado Kondo para llegar al nivel de Miyazaki. De hecho, Miyazaki y Kondo eran tan amigos, que cuando a este último le dio una aneurisma y falleció, Miyazaki casi deja el mundo de la animación, lo que hubiera supuesto no contar con películas como Sen to Chihiro no kamikakushi. Cuando me enteré de que este señor había fallecido me entró una pequeña depresión porque no habría más títulos dirigidos con él con el sello del Studio Ghibli. Además, esta película cuenta con un momentazo del Studio: cuando Shizuku,Seiji, el abuelo, y sus amigos se reunen en el taller y tocan Country Roads.
Mi moraleja de la película es que cuando crees que tienes un sueño debes de perseguirlo a toda costa y trabajar por él, porque los sueños en la vida no se cumplen sólos. Por otra parte también nos demuestra que estudiar es siempre lo mejor para perseguir tu sueño y conseguirlo. Os confesaré un secretillo, fue el día después de que yo vi Mimi Wo Sumaseba por segunda vez el día en que yo fundé este mi humilde blog.
La banda sonora es buena y me parece muy apropiada para la tónica de la película. Corre a cargo de YujiNomi. En este apartado de la banda sonora os dejo el vídeo de Country Roads en Español:
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